1. Hegemonizar la contracultura
Como hemos ido analizando a lo largo de toda esta web, (1) los medios de comunicación han construido un relato falso en torno al caso Homo Velamine, (2) la abogada acusadora utiliza ese relato para su beneficio interponiendo una denuncia falsa y (3) los medios «críticos» se vuelven cómplices de ese relato porque desvelarlo puede hacer tambalear sus pilares ideológicos. Cuando hablamos de hegemonía cultural estamos hablando precisamente de esto: los organismos del poder (los medios burgueses y los jueces), los entes fariseos (la abogada) e incluso el supuesto contrapoder (los medios «críticos») comparten el mismo relato. Expresado de otra manera: ¿para qué hacer un fanzine que diga lo mismo que La Sexta? ¿Cómo pensar que tu postura es anticapitalista cuando la compartes con las grandes empresas? ¿Cómo llamarte revolucionaria cuando el Estado te da una subvención?1Sirva como ejemplo la asociación «Libres y Combativas», cuyo lema es «Construye con nosotras el feminismo anticapitalista y revolucionario», que recibió del Estado español 43.211 euros de subvención en 2020 (Real Decreto-ley 33/2020, de 3 de noviembre). Así ha seducido el neoliberalismo a la izquierda identitaria, hasta hacerla no inocua sino un pilar fundamental de su avance.
Con esta situación, quien disputa la hegemonía ahora es la derecha tradicionalista, unida en lo que Juan Soto Ivars (2021) llama corrección patriótica. No lo hacen por una crítica saludable en pos de una verdadera defensa de las libertades que la hegemonía necesita limitar para no ser cuestionada, sino por dar la vuelta al tablero. Ha pasado a ser un ente culturalmente crítico, por lo que se puede permitir luchar por ciertos derechos que no dudarán en restringir para su beneficio en cuanto tengan ocasión.
Si nos distanciamos del presente, observamos que incluso los más afilados pensadores del Renacimiento aceptaban la hegemonía religiosa de su tiempo. No podían dudar, por ejemplo, de la inmaculada concepción o el geocentrismo. En primer lugar porque corría peligro su integridad física, en segundo porque es difícil aislar y cuestionar el dogma compartido por tu entorno, como ejemplifica David Foster Wallace con el pez que no sabe lo que es el agua.2«Dos peces van nadando cuando se encuentran con un pez mayor. Este les saluda y dice ‘Buenos días chicos. ¿Cómo está el agua?’. Los dos peces jóvenes nadan un poco, y entonces uno de ellos le mira al otro y dice ‘¿Qué es eso del agua’?» (Extracto de This is water, 2005). Incluso Descartes, el gran racionalista, ultrarrazona la existencia de Dios.
2. Romper el tabú
Hoy la acción conjunta entre el feminismo y los medios de comunicación ha encumbrado a una chica joven que se encontró con cinco tipos embrutecidos con peinados a la última moda y camisetas horribles. El público, entre él nosotras mismas, está naturalmente inclinado a posicionarse con los débiles, y en este caso las fichas estaban claras. Cinco contra una. Se jugasen las variables que se jugasen, la ecuación es muy desigual.
Esta simbiosis entre feminismo y medios de comunicación apuntala el elemento religioso de nuestro tiempo. Impone un tabú similar al de dudar de la inmaculada concepción o el geocentrismo. Como tabú, la reacción ante él es visceral y emocional. Al sentir que ha sido cuestionado, quienes lo defienden se vuelven más intransigentes y proselisitas. No cabe el pensamiento reflexivo ni la discusión templada.
Pero indagar en el caso Homo Velamine supone cuestionar antes o después otros casos anexos, que los grandes holdings mediáticos han vampirizado económicamente y los medios críticos ideológicamente. Pone en tela de juicio la resolución de casos criminales que han llegado a cambiar los términos del contrato social: algunos para bien, como la percepción de las agresiones sexuales a mujeres; otros para mal, como el menoscabo del derecho a un proceso judicial con garantías. Un asunto de tal envergadura que nadie se atreve a tocar.
No es todo o nada, claro: una persona puede decir la verdad unas veces y otras no, puede estar manipulada por fariseas que ven un filón de oro y por orcos ideológicos cuya agenda pasa por restringir libertades fundamentales. Puede verse seducida por el dinero fácil, el protagonismo en la prensa, la compasión social, la ilusión de estar obrando bien a pesar de todo. Puede que tenga un trauma postraumático. No podemos saberlo, porque todo nuestro conocimiento está mediado, y en el fondo da igual: las actuaciones de la abogada y la prensa, tanto la mainstream como la crítica, muestran que algo huele raro.
3. Abrazar lo inesperado
Sabemos cómo empieza un acto ultrarracional pero no cómo acaba. En otros actos, cuando creíamos que nos iban a abucehar nos trataron con amor; cuando creíamos que nos iban a aclamar nos partieron la cara. Este empezó creyendo y acabó dudando. Ya somos herejes, brujas, malditas: no hay más graduación en ello. También porque Homo Velamine es un fanzine, terreno de libertad creativa y de pensamiento. No vivimos de ello y podemos prescindir de lo cuqui y lo ñiñiñi: de la aprobación del público. Partimos del mandato surrealista de cuestionar la moral popular,3«Debemos ante todo huir de la aprobación del público: es necesario mantenerlo exasperado mediante un sistema de provocación y reto» (André Breton: Segundo manifiesto del surrealismo, 1929)., pero respetando la normas del culture jammer que sintetiza Joey Skaggs: «No timar a la gente para lucrarse, no hacer daño a nadie de forma intencionada, y no destruir la propiedad ajena. No me importaba ofender a la gente. De hecho, mi intención era ofender a la gente».
Ahí queda este amplio estudio para quien quiera coger una idea nueva con cariño, aunque sea para después expusarla con desprecio, como proponía el Manifiesto del Ultrarracionalismo.»La mente que se escandalice y sea incapaz de hacerlo merecería ser lobotomizada, pero no es necesario: ya lo está».
Notas
↥1 | Sirva como ejemplo la asociación «Libres y Combativas», cuyo lema es «Construye con nosotras el feminismo anticapitalista y revolucionario», que recibió del Estado español 43.211 euros de subvención en 2020 (Real Decreto-ley 33/2020, de 3 de noviembre). |
---|---|
↥2 | «Dos peces van nadando cuando se encuentran con un pez mayor. Este les saluda y dice ‘Buenos días chicos. ¿Cómo está el agua?’. Los dos peces jóvenes nadan un poco, y entonces uno de ellos le mira al otro y dice ‘¿Qué es eso del agua’?» (Extracto de This is water, 2005). |
↥3 | «Debemos ante todo huir de la aprobación del público: es necesario mantenerlo exasperado mediante un sistema de provocación y reto» (André Breton: Segundo manifiesto del surrealismo, 1929). |