3. LA DESINFORMACIÓN

El arte de la guerra se basa en el engaño.

Sun Tzu

Intentó ser un simple bulo mediático pero ha resultado ser un inmenso generador de desinformación en los principales medios de comunicación del país. Lo relevante del falso tour de La Manada es que todo es fácilmente contrastable a través de dos hechos objetivos: el desmentido, siempre presente en la web, y el trabajo previo del colectivo que lo creó. Al comparar estos datos con el tratamiento mediático podemos observar cómo se construyen las noticias, cuáles son sus fuentes, la falta de rigor e imparcialidad, cómo se propagan de unos medios a otros, etc. En definitiva, cómo se construye la desinformación.

En el estudio de referencia sobre la desinformación, Information disorder de Claire Wardle y Hossein Derakhshan (2017) publicado por el Consejo de Europa, se establecen siete tipos de desinformación englobados en tres categorías, que la organización de periodismo ciudadano Groundviews ha ampliado a diez:

Información errónea. Es falsa, pero no tiene la intención de causar daño:

  • Sátira o parodia: El objetivo no es el engaño, sino la sátira, pero la información tiene el potencial de inducir a error, dado que su formato es similar al de las noticias auténticas.
  • Conexión falsa: Los titulares o imágenes no representan con exactitud el contenido del artículo.
  • Error: Los medios de comunicación cometen errores al informar.

Desinformación. Es falsa y tiene la intención de causar daño a una persona, organización o país:

  • Contenido patrocinado: Publicidad y artículos pagados.
  • Propaganda: Contenido usado para alterar comportamiento.
  • Contenido engañoso: Uso equívoco de la información para dotar de un marco de discurso específico a un tema o una persona.
  • Contexto falso: El contenido genuino se enmarca en un contexto falso.
  • Contenido impostor: Las fuentes genuinas son suplantadas.
  • Contenido manipulado: La información o imágenes son manipuladas para engañar.
  • Contenido inventado: Contenido totalmente falso, creado con el objetivo de dañar o engañar.

Una tercera categoría es la información malintencionada, basada en la realidad y cuya intención es causar daño a una persona, organización o país. Aquí se enmarcarían la difusión de contenido privado, como vídeos o imágenes, o el acoso en redes sociales.

El bulo mediático original duró tres días en diciembre de 2018. En los siguientes meses le siguieron otros seis momentos de desinformación generalizada, espoleados por el proceso judicial que le siguió:

«En el auge de las noticias falsas, uno de los pilares de la erosión de nuestra sociedad, los medios tienen una responsabilidad inmensamente mayor que antes, pero demuestran no estar a la altura», decía el desmentido del tour, publicado el 6 de diciembre de 2018 en esta web. «Están atrapados entre su código deontológico y la necesidad de tener clicks para vender publicidad en un mundo en el que la actualidad es totalitaria y el Pueblo se ha hecho con el control en volumen de los canales de comunicación a través de las redes sociales». Estas palabras se hacían más ciertas conforme los medios iban añadiendo capas de desinformación a la acción original, convirtiéndolo en un caso de estudio de la construcción de la realidad a través de la información.

En esta sección analizaremos tres de esos momentos mediáticos como ejemplo de desinformación propagada por medios de comunicación de masas en la era de las fake news. Se suman al propio desmentido, que en sí ya analizaba la desinformación en torno a la web original.

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